sábado, 17 de marzo de 2012

Los primeros cristianos

Por mandato de Jesús los apóstoles inicia una nueva vivencia en la sociedad, y muchas personas fueron acogiendo esta forma de vida que es reflejo de la de Jesús; por eso debemos valorar y aprender lo que nuestros antepasados forjaron con mucha valentía y amor con el fin de implantar el Reino de Dios.

Conozcamos las palabras que a estado en la mente de aquellos que viven verdaderamente en Jesucristo

"Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñandoles a guardar todo cuánto les he mandado. Y sepan que Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo".

Conozcamos el comienzo de los primeros cristianos. Veamos.

Debemos rescatar la vivencia de los primeros cristianos, para ponerlos en práctica en nuestra actualidad.



Recuerda visitar: primeroscristianos.com

La vida en la Iglesia es necesaria en el mundo, porque nos permite convivir en fraternidad con nuestros semejantes. El Evangelio (según San Mateo, Marcos, Lucas y Juan) nos presenta la vivencia de la Iglesia; es hora de leer y comprender su mensaje.



La Iglesia doméstica
Rescatemos la Iglesia doméstica, porque de ella depende nuevas generaciones formadas en valores y que respeta la voluntad de Dios. "En los hogares cristianos la fe se transmitía la fe de Padre a hijos".

Mensaje del Papa Benedicto XVI
Cuaresma 2012

La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. En efecto, este es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual.
Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24). Esta frase forma parte de una perícopa en la que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como sumo sacerdote, que nos obtuvo el perdón y el acceso a Dios. El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22), de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23), con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24). Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25). Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal.

 
Película completa de la Pasión de Cristo


Despúes de ver la película pide perdón, y ten un momento de oración.


 

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