martes, 10 de julio de 2012

La familia,"iglesia doméstica"

"La familia esta llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración". Juan Pablo II.

La familia, es una comunidad de fe, esperanza y caridad. Por eso le podemos llamarla iglesia doméstica.
También, la familia cristiana esta llamada a la oración. A orar juntos a Dios, quien ha creado a la familia. Así, una familia que reza unida, permanecerá unida, pues juntos, los miembros de la familia se ayudarán mutuamente a vivir como auténticos cristianos.
Con la oración diaria, es decir, platicando con Dios en todo momento, contándole todo lo que pasa entre la familia para así estar más cerca de Él, es como se va a fortalecer la unión y el amor que existe entre los miembros familiares. Y, si una familia está unida con Dios por medio de la oración común, el respeto a todas las personas (que somos imagen y semejanza de Dios) se vivirá continuamente, como Dios lo ha planeado.

La familia en oración, y acción de gracias por el alimento

Es muy bueno el que todos los días, en familia se lea la Palabra de Dios. Si Dios está presente en las conversaciones, el comportamiento de los miembros de la familia será reflejo del amor de Dios. Si únicamente se habla de fútbol, chismes, envidias,..., el comportamiento de la familia será de la misma manera.

La familia cristiana es privilegiada entre las que no son cristianas, ya que es llamada por Dios nuestro Padre a ser en donde se dé la educación en los valores cristianos como el amor, la ayuda mutua, el servicio a los demás y sobre todo, a seguir a Cristo como lo hicieron sus apóstoles.



¡Qué hermoso es encontrar familias que viven ese amor por los demás! ¡Qué felicidad se ve en los rostros de aquéllos que aman a Dios!

Película: "Aprueba de fuego"




DAR link a
 vimeo.com/75120569

Cuando Dios habita en una familia, la felicidad abunda en todos sus miembros.


No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy; que la familia sea un testimonio vivo de que Cristo vive y que esa vida nos da la felicidad en este caminar por este mundo.

domingo, 24 de junio de 2012

Qué lugar ocupa Dios en nuestra vida?

Que fácil se nos hace muchas veces destronar a Dios del primer lugar en nuestra vida y cuando hablo del primer lugar me refiero a esa relación persona e intima que deberíamos tener con Él.

Nosotros somos muy buenos para pedir, para desear que nos vaya bien, para anhelar paz en nuestro corazón y tantas cosas hermosas que quisiéramos, pero por alguna razón no hacemos absolutamente nada por devolver al lugar que le corresponde al Señor en nuestra vida.
Queremos tantas cosas, queremos que Dios haga esto y lo otro según nuestra voluntad y en el tiempo que lo necesitamos, pero no pensamos por un momento que a veces la estamos pasando mal porque hemos relegado a Dios a otro lugar que no le corresponde en nuestra vida.

Los tres primeros mandamientos son importantes en nuestras vidas porque le dan prioridad al ser que debe reinar en nuestras vidas.

Veamos a Dios desde lado científico de una manera interesante la existencia de Dios.

Si te entregas a Dios, podrás recibir su Amor que es perfecto, siendo pecador es imposible y la lucha por no serlo es diaria, aún somos pecadores, pero no mereciéndolo EL nos da su amor incondicional.

Cuando le dices “no” a Dios le cierras una puerta de tu corazón a Dios y ya no es dueño. Dios solo entra a donde tú le permites. Entonces sientes como un vacío, como que te hace falta algo, como que necesitas algo más. Y comienzas a llenarte con otras cosas que son pasajeras, pero nunca te sientes lleno/a completamente. Te desesperas, te llenas de ansiedad, te sientes solo/a. Hasta que llega el momento que no aguantas más y te vuelves de rodillas a Dios. Te desahogas con él y le dices: “¿Dios, pero por qué, si yo te amo, yo voy a la iglesia y participo… por qué sigo con este vacío…?” Es ahí donde Dios te lleva a reflexionar y te das cuenta de la razón por qué te sientes así. Y te sientes tan mal porque no le hiciste caso al Padre, te arrepientes, lloras, te humillas, etc. Qué bueno es saber que Dios, nuestro Padre Celestial, es un Dios de amor y de misericordia, que no importa cuántas veces le fallemos el siempre se mantiene firme y fiel esperando por ti y por mí. Es cuando te arrepientes y Dios vea que de verdad estas dispuesto/a y quieres ponerlo en primer lugar, que él decide regalarte esa bendición que desde un principio te quiso dar. Una bendición tan refrescante, tan hermosa, saber que te perdona, que te limpia y encima de eso te da ese regalo que tenía esperando; que hasta nos preguntamos que por qué no obedecimos desde un principio.










sábado, 17 de marzo de 2012

Los primeros cristianos

Por mandato de Jesús los apóstoles inicia una nueva vivencia en la sociedad, y muchas personas fueron acogiendo esta forma de vida que es reflejo de la de Jesús; por eso debemos valorar y aprender lo que nuestros antepasados forjaron con mucha valentía y amor con el fin de implantar el Reino de Dios.

Conozcamos las palabras que a estado en la mente de aquellos que viven verdaderamente en Jesucristo

"Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñandoles a guardar todo cuánto les he mandado. Y sepan que Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo".

Conozcamos el comienzo de los primeros cristianos. Veamos.

Debemos rescatar la vivencia de los primeros cristianos, para ponerlos en práctica en nuestra actualidad.



Recuerda visitar: primeroscristianos.com

La vida en la Iglesia es necesaria en el mundo, porque nos permite convivir en fraternidad con nuestros semejantes. El Evangelio (según San Mateo, Marcos, Lucas y Juan) nos presenta la vivencia de la Iglesia; es hora de leer y comprender su mensaje.



La Iglesia doméstica
Rescatemos la Iglesia doméstica, porque de ella depende nuevas generaciones formadas en valores y que respeta la voluntad de Dios. "En los hogares cristianos la fe se transmitía la fe de Padre a hijos".

Mensaje del Papa Benedicto XVI
Cuaresma 2012

La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. En efecto, este es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual.
Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24). Esta frase forma parte de una perícopa en la que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como sumo sacerdote, que nos obtuvo el perdón y el acceso a Dios. El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22), de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23), con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24). Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25). Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal.

 
Película completa de la Pasión de Cristo


Despúes de ver la película pide perdón, y ten un momento de oración.